Los movimientos indígenas, campesinos, urbanos y organizaciones sociales del Paraguay, así como otros movimientos, grupos y ciudadanos solidarios que se adhieren a esta Declaración, rechazamos el modelo económico exportador de materia prima de los monocultivos de soja, basado en el uso masivo de biocidas y tóxicos, y en la introducción del peligro de los transgénicos.
La Segunda Conferencia sobre Soja Responsable (antes llamada Sustentable) se realizará en un hotel de lujo el Yacht y Golf Club, desde el 31 de agosto al 2 de setiembre.
Su supuesta meta: 'la definición de una producción, procesamiento y comercio responsable con criterios que atiendan los aspectos económicos, ambientales y sociales. Esta conferencia 'participativa' estará integrada por ONGs como WWF, Solidaridad, Guyra Paraguay e IDEA, quienes compartirán la mesa con empresas multi-nacionales como Unilever, Grupo Andre Maggi, Bancos como el ABN-AMRO y Gremios como CAPECO, CAP y AAPRESID.
Lee la Declaración de los movimientos en contra del modelo de agronegocios propuesto por estos grupos. ¡SUMATE Y FIRMA!
Declaración: El Modelo de Desarrollo Irresponsable, Insustentable y Antidemocrático en el Paraguay actual
El papel de la Megaproducción de soja en la destrucción de los territorios del agua, de las comunidades y de los ecosistemas del Paraguay.
Los movimientos indígenas, campesinos, urbanos y organizaciones sociales del Paraguay, así como otros movimientos, grupos y ciudadanos solidarios que se adhieren a esta Declaración, rechazamos el modelo económico exportador de materia prima de los monocultivos de soja, basado en el uso masivo de biocidas y tóxicos, y en la introducción del peligro de los transgénicos. Este modelo es responsable por la expoliación del patrimonio natural y cultural; la expulsión de la población local y la concentración del poder sobre los procesos de decisión en las economías nacionales y sobre los territorios ocupados por la soja, poniendo en grave riesgo la misma soberanía de los Estados nacionales, de sus pueblos y comunidades.
La producción de soja a gran escala es inevitablemente insustentable y responde claramente a un modelo agroindustrial antidemocrático, excluyente; irresponsable, egoísta y concentrador de beneficios. El mismo Presidente de la República del Paraguay, a pesar de no haber tomado acción alguna para modificar esta situación, ha declarado recientemente: “América Latina no necesita esta clase de modelo económico.”[1]
La expansión de los “desiertos verdes” que son todos los monocultivos como los de soja, pasturas y árboles exóticos, promueve una agricultura con máquinas, sin campesinos, sin gente. Todos los monocultivos son destructores de los ecosistemas en que se instalan; genera pobreza; desempleo; excluyen y expulsan a la población local; dañan la salud de las comunidades y del ambiente; destruyen la diversidad natural y de la producción; envenenan el agua y los suelos productivos y comprometen gravemente la seguridad y la soberanía alimentaria de la población de los países donde se instalan.
La llamada “producción responsable” de soja a gran escala es una falacia, una expresión demagógica usada para esconder los intereses del sector empresarial aliado con las corporaciones transnacionales frente al creciente estado de conciencia ciudadana sobre alternativas económicas nacionales y regionales en decidido proceso de construcción, basadas en la democracia, la participación, la inclusión y la sustentabilidad social, política, económica y ambiental.
En el Paraguay: ¿Dónde está el cobro de responsabilidad por la contaminación ambiental ya causada por los más de 20 millones de litros de químicos vertidos cada año sólo en territorio paraguayo?; ¿por la destrucción de arroyos, ríos, manantiales y humedales?; ¿por la expulsión de casi cien mil campesinos por año de sus moradas y tierras productivas?; ¿por el asesinato de más de 100 dirigentes campesinos?; ¿por el etnocidio de comunidades y pueblos indígenas?; ¿por la imputación de más de 2.000 campesinos a causa de su legítima resistencia a este sistema predador? NO hay megaproducción de monocultivos de soja posible sin estos efectos y daños.
El concepto de “sustentabilidad” aplicado a los monocultivos de soja nos entrampa en un discurso conservacionista y conservador desarrollado recientemente por algunos sectores en Europa, y ahora en la región latinoamericana, frente a las perspectivas de demanda mundial de soja para asegurar forraje a la producción de animales en Europa y China (se espera un aumento del 60% hasta alcanzar unas 300 millones de toneladas por año en el 2020, lo que supondría una ocupación de alrededor 1,5 millones de km2, equivalentes a casi la mitad de la superficie de la Cuenca del Plata, y destruiría otros 220 mil Km2 de bosques y sabanas, además de lo ya destruido).
La iniciativa de la Mesa Redonda de Soja Responsable no cuestiona al modelo agroexportador, a los sistemas de megaproducción dependientes del uso de biocidas ni a las compañías transnacionales productoras de semillas transgénicas y de agroquímicos, como Monsanto, Pioneer, Syngenta, Dupont, y Cargill entre otras. Tampoco cuestiona las operaciones de las Instituciones Financieras Internacionales y Bancos de “Desarrollo” que promueven las economías basadas en los monocultivos; la agroexportación y la insustentabilidad.
El modelo agroexportador, para asegurar su continuidad, ha generado e impulsado procesos de criminalización de la lucha social y se ha ocupado de promover la criminalización de la misma pobreza. El modelo sojero viola sistemáticamente las leyes laborales, las leyes sociales y las leyes ambientales en su implantación. Es opuesto a las conquistas de los derechos humanos fundamentales, especialmente de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Es incompatible con un Estado de pleno derecho.
El interés de las naciones y de los pueblos obliga a defender los derechos de las comunidades a una vida sana y soberana, con garantías de plena vigencia de los derechos humanos fundamentales y del pleno ejercicio de soberanía sobre los territorios, sobre los alimentos, sobre la propia cultura y sobre la economía.
Repudiamos la realización en el Paraguay de esta segunda Mesa Redonda de Soja “Responsable” ya que la consideramos una afrenta a las miserias causadas a todo un pueblo.
NOTAS COMPLEMENTARIAS DE INTERÉS:
1. El establecimiento de un mercado de “servidumbres de conservación” está basado en los llamados “Principios de Basilea” sobre producción responsable de soja, que permiten el cultivo de soja en tierras deforestadas después de 1994, siempre y cuando la deforestación haya sido compensada con una “afectación a la biodiversidad” (que podría asumir la forma de contribución financiera a las mismas organizaciones que promueven la adopción de estos principios). Los movimientos sociales, por el contrario, temen que estas afectaciones a la biodiversidad lleven a una mayor concentración de la tenencia de la tierra y desvíen la atención de los otros problemas ambientales y sociales creados por la expansión a gran escala de monocultivos como la soja.
2. Más de 24.000.000 litros de agrotóxicos son empleados en cultivos de soja en el Paraguay cada año. Los agrotóxicos contaminan el agua, el aire y el suelo, atentando contra la biodiversidad existente. Entre los plaguicidas usados en la producción de soja, se encuentran algunos situados dentro de la “franja roja”, o sea, considerados como “sumamente peligrosos” y “muy peligrosos”, según la clasificación de la Resolución 295/03 del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Entre estos se encuentran el Paraquat, contra el cual no existe antídoto para casos de intoxicación, el Gramoxone, el Metamidofos, que tiene la capacidad de reducir el número de espermatozoides y la viabilidad de los mismos en varones expuestos al él y el Endosulfan, catalogado como teratogénico (capaz de ocasionar malformaciones en niños recién nacidos cuyas madres hayan tenido contactos sucesivos con el producto) por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos –EPA.
3. En el caso concreto de la soja transgénica, debe agregarse que la soja RR viene acompañada de la introducción de un potente herbicida que es utilizado sin que se tomen las mínimas normas de precaución. Por otro lado, la modificación genética de las semillas utilizadas tiene efectos aún desconocidos, pero amenazantes, sobre el germoplasma nativo y la salud de las personas. Se estima que al menos 95% de la producción de soja en el Paraguay es transgénica y por causa de la contaminación genética y la pertinencia de la ilegalidad, es imposible garantizar la producción no transgénica de soja en el Paraguay.
4. El área de siembra de granos y pasturas a gran escala (no sólo en el Paraguay sino en todo el Cono Sur sudamericano) coincide casi completamente con la extensión del acuífero Guaraní, lo que significa que la ya escasa cobertura boscosa de esta área de importancia estratégica para la región, continuará siendo rápidamente destruida incluyendo zonas de extrema importancia como las áreas de recarga del acuífero, lo que resultará en aguas subterráneas contaminadas por el uso de los agrotóxicos utilizados.
5. Proponemos la creación de un nuevo modelo de gestión de país, que promueva la sustentabilidad y la soberanía de las comunidades, aprovechando las oportunidades que las características del territorio presentan para la producción de bienes realmente sanos y competitivos; promoviendo la desconcentración del poder sobre la tierra y la producción, con una distribución equitativa de la tierra que elimine la exclusión, la expulsión y el éxodo forzado, a través de una revisión de la tenencia legal de tierras y de un ordenamiento territorial que regule y limite la producción agrícola extensiva
6. Exigimos el respeto a los derechos humanos fundamentales, que incluye el respeto al derecho a modos de producción propios y vida rural sustentables. La producción natural, ecológica y orgánica es posible, y no se debe desmeritar su posibilidad, ni su rentabilidad. Sus ganancias están al alcance de pequeños productores a diferencia de los monocultivos cuya ganancia se concentra en unos pocos productores. www.ecoportal.net
[1] Presidente Nicanor Duarte Frutos de Paraguay, en un discurso público en Coronel Oviedo, 26 de julio 2006.
Firma la declaración abajo para fortalecer nuestro grito denunciando el modelo exportador de monocultivos y el gatoverdismo de los empresarios transnationales agro alimentarios.
Para adherirse a la declaracion envie un mensaje a ortega@baseis.org.py
El documento está firmado por la MCNOC (Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas), la FNC (Federación Nacional Campesina), la ONAC (Organización Nacional Campesina), la CNOCIP (Central Nacional de Organizaciones Campesinas Indígenas y Populares), la CONAMURI (Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Rurales e Indígenas), las organizaciones BASE IS, SOBREVIVENCIA-Amigos de la Tierra Paraguay, todas de Paraguay; las organizaciones internacionales GFC (Coalición Mundial por los Bosques, Global Forest Coalition) y A SEED Europa, y sigue siendo suscripta por otras. Envia tu adhesion.
agosto 31, 2006
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